Pero como todo buen contador de chistes ya lo sabe, hacer la misma broma cansa; y si es así, cómo hizo esta serie para durar tanto tiempo en las pantallas de los bancos, seguros, clínicas, aviones o cualquier otro lugar donde las personas deban esperar ya sea por un servicio o durante el mismo?

La respuesta pareciera ser simple: innovación, universalidad y simpleza (léase en el sentido positivo de la palabra).
Impresiona los diferentes sketchs que desarrollan en cada capítulo y el tremendo despliegue realizado en escenografías, siempre buscando que en cortos periodos de tiempo logren transmitir alegría y buenas sensaciones al público que los observa. Por otro lado, el no tener sonido es una idea absolutamente fantástica ya que les permite romper la barrera del lenguaje, brindando así la posibilidad de reemplazar las palabras por un gesto que todo ser humano conoce que es sonreír; y finalmente, la propuesta de valor descansa en las manos de prácticamente los mismos actores que representan hace más de 15 años estos actos, cuidando así la calidad de las presentaciones.
Hacer negocio con buena vibra, regalando sonrisas, presentando un producto con las mejores prestaciones, sin competencia a la vista y con un potencial de despliegue en todo el mundo. Qué más se puede pedir?
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