Esta semana se inició el mayor estudio en la historia de la ciencia para determinar si el consumo permanente de aspirinas realmente contribuye a prevenir la reaparición del cáncer.
11,000 personas que sufrieron cáncer de estómago, esófago, intestino, próstata y pecho consumirán una aspirina diaria o simplemente recibirán un placebo durante 5 años para determinar la efectividad del tratamiento, el mismo que, de ser un éxito, revolucionaría el mercado de estos farmacéuticos por lo económico que resultaría para los pacientes.
Se trata de una esperanza para el tratamiento de la segunda enfermedad que causa más muertes en el mundo (la primera son problemas cardiovasculares, que también recibe tratamientos basados en aspirinas en dosis bajas), a la cual se le atribuyen más de 8.2 millones de decesos al año y cuyo ritmo lamentablemente crece 3% desde 1990.
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